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¿Pór qué todos hablan de la Responsabilidad Afectiva?, ¿Qué es?, ¿Cómo la puedo trabajar?

  • psicanahialmeida
  • 29 jun 2023
  • 3 Min. de lectura

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La académica de la Facultad de Psicología de la UNAM Mariana Gutiérrez Lara explicó que este término está orientado a la percepción que tienes o que puedes llegar a tener en relación al impacto que tienen tus palabras y tus actos en el otro; es decir, que“lo que tú vas a decir va a tener una consecuencia en las emociones de la otra persona”.


Gutiérrez Lara indicó que para tener responsabilidad afectiva es importante tomar en cuenta los siguientes aspectos:

  • Respeto: a la otra persona, pero también a uno mismo. Para tener una buena responsabilidad afectiva es necesario saber si nuestras propias necesidades se están cumpliendo e identificar si estamos permitiendo cosas que no nos gustan.

  • Honestidad: aquí entra la autobservación. Revisar si encuentro lo que necesito en la relación, pero también si tengo las características que favorecen que la otra persona se sienta cómoda. Podemos ser persona valiosas, pero no necesariamente cumplimos con las expectativas de los demás.

  • Reciprocidad.

  • Comprensión.

  • Dialogar: todo lo que hemos mencionado anteriormente, necesita comunicación y escucha. Además de acuerdos y ajustes, cuyo objetivo es que cada uno sume al proyecto vital del otro.

  • Saber decir adiós: en ocasiones lo más sano o beneficioso es separarse de manera respetuosa y saludable.

La responsabilidad afectiva es una forma de comportarse, por lo que podemos aprenderla, desarrollarla e incluso mejorarla a través del tiempo y las experiencias. Ser conscientes de nuestros sentimientos y tomar en cuenta los de la otra persona es una muestra de inteligencia emocional.


¿Cómo trabajar la responsabilidad afectiva?

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1. Comunicación sincera y honesta

Aunque en la práctica sea así más veces de la que nos gustaría, el amor no es una batalla emocional entre dos personas. Al contrario, debe ser el cuidado mutuo para la búsqueda de armonía. Y esta solo se logra a través de una comunicación honesta y siempre bidireccional. No se trata tampoco de soltar lastre el primer día, sino de evitar los engaños y los peligrosos juegos emocionales que, a menudo, envenenan una relación hasta transformarla en tóxica.


2. Evitar sufrimientos innecesarios

Es evidente que cuando arranca una relación no siempre están claras las intenciones ni las expectativas. A menudo los sentimientos cambian, aumentando o disminuyendo el amor y el cariño a medida que las dos personas se conocen. Cuando estos sentimientos divergen de forma considerable, es importante intervenir antes de que una de las dos personas se sienta engañada. Aunque duela, hay que ser claros antes de que sea tarde y el dolor sea aún mayor.


3. Trazar límites

En este sentido, y si las dos personas están de acuerdo, una buena manera de establecer una relación sana y honesta es poner límites en la misma. Y, por supuesto, luego no rebasarlos porque estaríamos rompiendo el acuerdo. Llegado ese punto, no debemos ocultar la realidad ni engañar a la otra persona.


4. Validar al otro

Uno de los aspectos que refuerza de forma decisiva la responsabilidad afectiva es la validación recíproca de los sentimientos. Ninguna persona es más importante que la otra en una relación. Por lo tanto, sus emociones tampoco deben ser más relevantes. Validar las emociones del otro supone encontrar el equilibrio que garantiza una relación íntima sana.


5. Asumir el conflicto

Ser responsable afectivamente supone también asumir que en una relación no todo va a ser pasión y romance, fiesta y algarabía. Asumir con serenidad el conflicto inherente a cualquier relación es el único camino para comprometerse en la consolidación de la misma. Por el contrario, huir ante el eco del primer tambor de guerra impide una interacción y un conocimiento profundos de otras realidades al margen de la nuestra, conduciendo al aislamiento en nuestra torre de marfil emocional.


No obstante, tampoco es aconsejable afrontar una relación íntima a la defensiva, temerosos ante al surgimiento del primer conflicto. Ya llegará y nos pondrá a prueba: no nos pongamos la venda antes de la herida desde el minuto 1 y disfrutemos del momento.


6. Evitar el exceso de racionalización

Así como dejarse guiar exclusivamente por el impulso emocional en una relación es una pésima estrategia que suele tener dolorosas consecuencias, racionalizar cada paso que damos en una relación puede ser exasperante para las dos partes.

No olvidemos que hablamos de sentimientos y emociones que, a menudo, escapan a una reflexión racional. Encontrar un punto de equilibrio entre emoción y razonamiento impedirá que nuestras relaciones terminen pareciéndose a un sesudo manual de psicología. O lo que es peor: a una frívola antología de mantras de autoayuda en Instagram.

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Fuentes:

  1. ¿Qué es responsabilidad afectiva? (no date) Fundacin UNAM. Available at: https://www.fundacionunam.org.mx/auriazul/que-es-responsabilidad-afectiva/.

  2. David Rubio Últimos artículos Supera el miedo a mostrar tu cuerpo este verano Kama Muta: ¿sabes qué es? El gran fraude de la Operación Bikini Anal o genital: Las etapas del desarrollo psicosexual según Freud Ver Todos et al. (2022) ¿Qué es la responsabilidad afectiva y cómo trabajarla?, Psicología - Público. Available at: https://www.publico.es/psicologia-y-mente/que-es-la-responsabilidad-afectiva-y-como-trabajarla/


 
 
 

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Psicóloga Anahi Almeida

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©2022 por Psicóloga Anahi Almeida.

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