¿Cómo lidiar con el Duelo y la Muerte de manera sana?
- psicanahialmeida
- 31 oct 2023
- 8 Min. de lectura

El duelo es la reacción normal ante la pérdida ya sea la pérdida de una persona querida, un animal, un objeto, etapa o evento significativo.
“El apoyo emocional recibido en estos primeros momentos es crucial”.
Es importante tomar en cuenta que cuando el duelo se presenta, la personalidad, la psique de la persona, su historia, experiencias de vida y el sistema de afrontamientos que posee, más allá de las circunstancias de la muerte, tendrán que ver con la forma de asimilar el duelo.
Será importante dejar que la persona pueda sentir el dolor junto a todas las emociones que ello conlleva. Aceptar, que ese ser amado ya no está y que la pérdida es irreparable, será un momento inicial y crucial para el fortalecimiento de la persona.

La teoría más popular que describe el proceso de duelo por la muerte de un ser querido es aquella propuesta por Elizabeth Kubler. Esta teoría explica que todo ser humano pasa por etapas de readaptación psicológica antes de admitir una pérdida en su vida.
1. Negación.
2. Ira.
3. Negociación.
4. Depresión.
5. Aceptación.
1. Negación.
Al tener una pérdida se produce de manera habitual la “negación”, se da de manera inmediata, frecuentemente está relacionada con el estado de schock o de embotamiento emocional. Se puede ejemplificar cuando “No se puede creer lo que pasó”, podría deberse que el shock no permite tener claridad de la situación, “Esto no me puede estar pasando a mí”.
2. Ira.
Luego de superar la negación comienzan a surgir sentimientos de frustración, de impotencia con respecto a la propia capacidad de modificar las consecuencias de la pérdida. Sentirse frustrado conlleva que aparezca sentimientos de enojo, de irá.

3. Negociación.
En esta fase de negociación la persona guarda la esperanza de que todo continúe igual, que las cosas no cambien. Un ejemplo podría ser un paciente que a pesar que los médicos ya indicaron que no hay cura para su enfermedad, continúa explorando diferentes opciones de tratamiento. Las intenciones de volver el tiempo atrás es un deseo frecuente en esta etapa, para así haber reconocido a tiempo la enfermedad o evitar que el accidente sucediera. La frase que resume esta etapa es “¿Qué hubiera sucedido si…?” Se queda pensando en el pasado para intentar negociar la salida de la herida mientras se piensa en lo diferente o maravilloso que sería todo si el ser querido o la pérdida no hubiese pasado.
4. Depresión.
La persona empieza a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, y ello genera sentimientos de tristeza y de desesperanza junto con otros síntomas típicos de los estados depresivos, como el aislamiento social o la falta de motivación, según el modelo de Kubler.
El perder a un ser querido, o una pérdida significativamente, o de enfrentarse a la propia muerte y otras causas del duelo puede hacer que la vida deje de tener sentido, al menos durante un tiempo.

5. Aceptación.
La última etapa es la de aceptación de la pérdida, y comienza el estado de calma asociado a la comprensión de la muerte o las pérdidas como parte natural de la vida humana. Esta dase se relaciona con la inevitabilidad de la pérdida y por tanto del proceso de duelo. Se puede resumir la esencia de esta etapa con la frase: “Todo va a estar bien”.
Consistirá en aceptar la realidad de la pérdida, si es por una muerte, entender que el ser querido se ha ido físicamente por lo que se debe comprender que esta nueva realidad que se vivirá sin la persona, será la nueva realidad permanente. Se trata de aprender a convivir con esta pérdida y crecer a través del conocimiento de los sentimientos.

Prácticas cotidianas y a las decisiones sobre ellas, que realiza una persona, familia o grupo para cuidar de su salud; estas prácticas son ‘destrezas’ aprendidas a través de toda la vida, de uso continuo, que se emplean por libre decisión, con el propósito de fortalecer o restablecer la salud y prevenir la enfermedad:
Físico - Somático:
Si no se cuida el cuerpo, todo lo demás falla. El cuerpo es la casa de las emociones, de los pensamientos, lo que gobierna tus actos Alarcón, E; et. Al (2020). Por lo que es importante cuidarse. Algunas recomendaciones son:
1. No abandonarse.
2. Comer e hitratarse.
3. Dormir adecuadamente.
4. Escucha el cuerpo.
5. Hacer ejercicio.
6. Hacer una actividad física creativa.
7. Evitar consumir alcohol, tabaco y drogas.
8. Realizar masajes.
“Si necesitas desacelerar y descansar, hazlo”.
Emocional - Relacional:
En esta parte están el conjunto de emociones que se producen en el ser humano ante una pérdida; a su vez las emociones derivadas por la situación actual de cuarentena. Algunas actividades que pueden ayudar a cuidarse en esta área son:
1. Entender y aceptar tus emociones.
2. Expresar tus emociones.
3. Conversar con otros.
4. Red de apoyo.
5. Momento de soledad.
6. Escoger momentos para recibir llamdas de personas cercanas.
7. Consultar con un profesional de la salud mental calificado.

Cognitiva - Mental
Cuando las emociones superan la normalidad, pensar y concentrarse es difícil. Se está en momentos de confusión. Para cuidar esta parte, se puede tener en cuenta:
1. No exigir demasiado a nivel intelectual.
2. Evita lo que contamina la mente.
3. Redacta objetivos a corto plazo.
4. ¿Qué hacer con los objetos de recuerdo?
5. Informarse en los procesos de duelo.
6. Realizar un diario.
Espiritual
La espiritualidad es una dimensión humana, universal. Hay personas que son religiosas y personas que no, pero espirituales lo son todos y todas. Es importante cuidar esta dimensión:
1. Crear un espacio especial.
2. Realiza una práctica de silencio diariamente.
3. Busca cosas que nutran espiritualmente.
4. Hacer alguna actividad que potencie la creatividad artística.
5. Rememorar y celebrar la vida del ser querido.
6. Rituales y escribir una carta.


Evita usar estas expresiones:
“Sé fuerte. Anímate. Hazlo por tus hijos u otras personas significativas.”
“Distráete que te irá bien. No llores más que te estás torturando, que no le dejas descansar.”
“La vida continúa. Es ley de la vida. Resígnate. Ha sido la voluntad de Dios. Ahora ya no sufre. El primer año es el peor, luego ya verás. Son jóvenes, ya volverán a tener otro/a hijo/a.”
Mejor cambiar esas frases por las siguientes que sí se deberían decir:
“Me gustaría mucho poder decir algo que alivie tu dolor, pero no encuentro las palabras. Quiero que sepas que estoy aquí y que pienso en ti muy a menudo.”
“Si puedo hacer algo para acompañarte en tuproceso dímelo para apoyarte.”
“No es necesario que me contestes si no te apetece, solo quiero saber cómo te encuentras y que sepas que estoy disponible si te apetece hablar.”
“Sólo quiero que sepas que estoy aquí para ti.”
“Me hubiera gustado estar acompañándote en este momento, pero aunque no esté físicamente te acompaño y te tengo presente.”
“Si necesitas que hablemos puedes llamarme en cualquier momento.”
“Te volveré a llamar por si te apetece hablar, también podemos compartir un silencio.”
“Haremos una pequeña ceremonia en casa para acompañarte en el dolor.” “Siento mucho por lo que estás pasando”.

Se tendrá una disposición diferente para abordar un duelo o una pérdida con los niños y niñas. El siguiente listado, son algunos aspectos importantes respecto a la comunicación de muerte o pérdida (Ferrufino, 2020).
1. La noticia debe ser transmitida por personas queridas y cercanas al niño o niña que estén en contacto con él o ella de manera habitual: de ser posible sus padres, un referente familiar o su cuidador/a inmediato.
2. Se debe comunicar la noticia lo antes posible, preferiblemente de forma inmediata, en lugar de esperar horas o días a que terminen los ritos y homenajes.
3. El lugar donde se dé la noticia debe ser tranquilo, y quienes se encarguen de transmitir la noticia pueden estar tristes, pero deben buscar el momento de abordarlos de forma tranquila, no al punto del descontrol, porque será importante contener al niño o niña, así como ofrecerles un espacio adecuado para las distintas reacciones que pueda manifestar.
4. Si las personas que deben comunicar la muerte se ven invadidas por emociones muy intensas, como suele ocurrir cuando se sufre una pérdida inesperada o traumática, es conveniente proteger al niño de situaciones muy desbordantes que puedan asustarle.
5. Se puede dosificar la información que se le da al niño o niña, no es necesario de golpe, sino dársela poco a poco, resolviendo a media que él o ella cuestionen o quieran resolver dudas.
6. Es muy importante favorecer el diálogo: que el niño, niña o el adolescente se sienta libre de preguntar, independientemente de si sus preguntas pueden afectar al adulto o no.
7. Se debe dejar la puerta abierta al diálogo. Si las preguntas que hace son muy complejas se le puede decir: “No lo sé, podemos buscar a alguien que nos lo explique”. Al dar la noticia, hablarles desde la verdad, recordemos que las mentiras crean mayor confusión.
8. Un punto clave es aclarar la responsabilidad del niño, niña o adolescente, frente a la muerte o pérdida. Cuando se habla de responsabilidad no solo se hace referencia a los casos en que los niños y niñas sienten que han provocado el fallecimiento del ser querido, sino también cuando piensan erróneamente que el fallecido ha muerto disgustado, enfadado, molesto o preocupado por algo que hicieron y que no ha quedado resuelto (sacar malas notas, portarse «mal», hacer berrinches, etc.)
9. En el caso de los adolescentes, puede ocurrir que por enfado o peleas previas hayan sentido el deseo de que esa persona muera o deje de ser su pariente, por el hecho de buscar la independencia. Los preadolescentes están en una etapa vital en la que a veces les resulta difícil mostrar sus sentimientos, pero hay que legitimar todas las emociones y facilitar su expresión.
10. Ante una pérdida, es preferible huir de las típicas frases que frenan la expresión emocional tras la muerte: “Ahora eres el hombre de la casa”, “eres la responsable de tus hermanos”, “Tu madre necesita que estés bien”, “Hay que ser fuertes”, estas afirmaciones solo afectan la experiencia del duelo en los niños, niñas y adolescentes.

Probablemente en estos días no se pueda dar una despedida al ser querido como es lo usual o es la tradición, pero eso no significa que no se puedan hacer rituales o expresar ese último adiós con el amor que sin duda se está sintiendo. En caso de poder asistir o no a la funeraria se podría homenajear o despedir a tu ser querido
Haciendo y leyendo una carta de despedida.
Incluyendo un objeto simbólico en el ataúd.
Si no es posible asistir pedirle alguien de confianza, retransmitirlo en tiempo real, a través de videollamada o grabándolo por teléfono, para aquellas personas que quisieron, pero no pudieron estar.
En el caso de los adultos mayores que no pueden asistir, se puede facilitar el acompañamiento de forma digital, hay que recordar que proteger a través del aislamiento a las personas mayores no implica aislarlos aún más emocionalmente.
Se pueden utilizar técnicas narrativas terapéuticas Escribir una carta, dirigida al ser querido fallecido contándole cómo se siente con todo lo ocurrido, o bien a una emoción concreta (“Carta a mi tristeza, rabia, etc.”) a Dios, a la vida, a otras personas.
Otra opción es escribir poemas y mensajes cuyo contenido sea algo que se le diría a esa persona, como si estuviera aquí, recuerdos, sentimientos de agradecimiento, de disculpas, etc. O recopilar textos escritos por otros autores con los que se sienta identificación.
Elaborar un diario donde se exprese todo lo que va sintiendo cada día. Lo que se cuenta y se expresa, ayuda a tomar consciencia de la realidad de la pérdida y de los afrontamientos durante el proceso.
Realizar dibujos, que permitan, cuando las palabras se atascan, expresar de manera simbólica el sentir.
Se puede destinar un rincón de una habitación, que resulte más tranquila o íntima, como rincón del recuerdo (así sea por un tiempo). Colocar una foto de la persona fallecida u objeto que simbolice la relación con esa persona.
Construir una caja de recuerdos, para guardar los recuerdos del ser querido. Decórala a su gusto. Esta sugerencia se puede llevar a cabo con otros miem - bros de la familia que convivan en el mismo espacio (por ejemplo, los niños/as).
Si en estos momentos se siente con fuerza, utili - za fotos o vídeos que puedan ayudarle a conectar con los recuerdos.

Comentarios